Soy experta en perderme en las calles de las lugares que visito. Hice un master y me recibí con honores (?) Me pierdo apropósito, me pierdo con los ojos abiertos. Camino sin rumbo, doblo en esquinas sospechando que hay algo que descubrir: un parque, una vidriera, un grafiti, un edificio, un balcón con flores y una bicicleta. Un grupo de personas, de amigos, una pareja, algún músico calllejero. Me pierdo porque camino sin rumbo pero me encuentro a mí, libre, eligiendo el camino. ¿Sin saber qué me voy a encontrar? ¡Claro! ¿Corriendo riesgos? Creo que nada tan grave.

Así fue ese sábado en Toulouse. Caminé hasta que no pude más del cansancio. Hice un walking tour, visité parques y hasta un jardín japonés. Crucé puentes, entré a iglesias. Me paré en frente del ayuntamiento y pedí un deseo parada sobre unas inscripciones qué hay sobre la plaza. Seguí las instrucciones que dijo la guía y debo decir que se cumplió. Quizás tenga que volver para pedir el próximo deseo. 🙃

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